viernes, 10 de abril de 2015

Por y para ti, en y dentro de mi.

Me cuesta y me duele no recordar tu sonrisa. Me cuesta recordar tu voz. Menos mal que tus formas de andar nunca se me olvidarán, ya que tenías una característica particular y eso te hacía ser diferente y especial. Han pasado dos años desde que escribí una entrada diciéndote lo mucho que te echaba de menos y lo mucho que te recordaba, dos años después vuelvo a escribirte manifestando lo mucho que me haces falta, aquí, a mi lado, físicamente. He pasado por varias estapas duras desde que te fuiste, me he derrumbado, he llorado, he caído y he vuelto a subir, he triunfado y he perdido, pero me alegra saber que tengo el consuelo de escribirte y desahogarme. Me da pena no poder escribir con un motivo de felicidad, ni cuando estoy contenta y hacerlo cuando estoy melancólica y dolida, espero que con el tiempo se corrija o no. Creo que estoy pasando una etapa dura en mi vida, ya que la adolescencia se basa en conocerse a uno mismo y elegir un camino que nosotros mismos forjamos, pero nunca pensé que fuera tan difícil. Hoy tu recuerdo se ha hecho más presente que ningún otro día, por eso he vuelto a escribir, abuelo, tú me das motivos para seguir y eso me hace estar estable. Gracias por estar, sin estar. Hasta la vista.
Recuerda que eres el 'te quiero' más sincero que he dicho a lo largo de mi vida, y lo seguirás siendo.

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